La economía global no es global
*Richard Gwyn
(…)En el mundo, el número de pobres ha decrecido en términos relativos. (En términos absolutos, el número crece permanentemente, pero esto se debe al crecimiento de la población global).
Casi todo este mejoramiento, sin embargo, ha sucedido en Asia, más especialmente en China y en alguna extensión, en la India.
China es el caballito de batalla de los defensores del libre comercio. Hay allí una pobreza extrema, pero al menos, la riqueza comparativa está más ampliamente distribuida como jamás en su historia.
Pero la China como argumento, falla en dos aspectos críticos. China no practica el liberalismo comercial en sus importaciones, como compensatorio de la venta de sus exportaciones. Y su principal fuerza motriz no es la economía de mercado, sino la ética confuciana del trabajo y el ejemplo de conducta de los chinos en el extranjero.
En el fondo de la escala, las cosas están mucho peor que nunca. Ochenta países tienen un ingreso per cápita inferior del que tenían hace 30 años. El número de personas hambrientas crece cada año, hasta ser casi mil millones de personas al día de hoy. Hacia el año 2015, 2 de cada 3 personas tendrán carencia permanente de agua potable.
La principal característica de la economía global, es que no es global. Ella pertenece solamente a los países ricos y a algunos otros que se han sumado ellos mismos a los ganadores o están en proceso de hacerlo, como la China y quizás, la India.
Los ganadores aseguran su triunfo cada vez más decisivamente. Hacia 1960, los ingresos de los cinco países más ricos era 30 veces mayor que aquél de los cinco más pobres. Hoy, la diferencia de los ingresos se ha más que duplicado y los cinco más ricos tienen ingresos 74 veces superior al de los cinco más pobres. La fortuna de las doscientas personas más ricas del mundo es mayor que los ingresos anuales de los mil millones de personas más pobres.
Esto no es de ninguna manera solamente por "nuestra" falta o la de las multinacionales capitalistas rapaces. Muchas naciones pobres han padecido gobiernos atroces. El dinero se ha dilapidado en corrupción, en armamento, en guerras regionales.
Hay un mérito en el argumento de los globalistas, en cuanto a que el libre comercio trae algún alivio por la imposición del poder de la ley que ata las manos de esos gobiernos represivos y ayuda, por lo tanto, a permitir a sus pueblos prosperar en la plaza de mercado.
Este argumento es sin embargo, principalmente académico. La Organización Mundial del Comercio no es una fuerza ni en Afganistán ni en Sierra Leona. La verdad brutal es que nosotros no nos preocupamos de esos países, y de docenas como ellos, en términos de comercio o de economía. (…)
Repitiendo, la economía global no es global. Quienes protestan reconocen esto y se quejan de ello. Los gobiernos argumentan que todo es mundial y que sus acuerdos comerciales nos ligan a todos más estrechamente.(…)
ATTAC Uruguay